Contacta con nosotros en : veranodeldescontento@gmail.com

La la land


Lo que más me molesta de esta película es que se la encasille en el género musical. Quizá sea demasiado purista al respecto o simplemente ignorante, pero que en una película tenga protagonismo la música no la convierte en un musical, tiene que haber canciones, de lo contrario nos encontramos ante un concierto filmado en Super-8. ¿Y por qué debe de haber canciones con letra? Pues para que narren parte de la historia o nos ayude a comprenderla mejor, aunque sea de forma chusca y superficial, o incluso surrealista. Una vez terminada de ver la cinta, comprendí por qué predominan tanto los números musicales instrumentales: no hay nada que contar.

Empezando por el huero número musical del inicio, con una música atroz y totalmente arrítmica que si acaso tenga algo de pegadiza tras el machaqueo constante a lo largo de las dos horas de metraje: En un atasco en una autopista cualquiera de Los Ángeles, los jóvenes multiculturales que forman los Estados Unidos que votaron a Hillary y que aspiran a vivir del cuento y la fama, comienzan a brincar, bailar y hacer cosas de perroflautas como jugar con el aro o ir en Skate. Incluso hay una señora que intenta dar unos cuantos pasos de flamenco. Todo muy "melting pot" y muy insustancial. Por cierto, ¿a nadie más le llamó la atención la braga faja de la rubia? Porque ya puestos podría haberse puesto un body y no quedar como una nonagenaria hipster. Cuando todos vuelven a sus coches, vemos el primer encuentro de los protagonistas, que esperan a que el tráfico se descongestione. Título de la película y... ¡acción!

Emma Stone, cuyos ojos parecen en más de una ocasión estar a punto de salir disparados hacia el espacio, es una barista en una cafetería cerca de unos estudios de cine que necesita una alarma en el móvil para recordarle cuándo tiene una audición, que no es por desmerecer el sufrido trabajo de los camareros, pero muchas cosas no tienen en la cabeza como para poder olvidarse de cuándo tienen la oportunidad de cambiar sus vidas para siempre.

Hay un papel que siempre he visto complicado de representar, y es el de aspirante a actriz a la que no escogen. ¿Cómo lo haces para que quede creíble? Al fin y al cabo, si has hecho la película es porque eres una buena actriz (ejem) Quiero decir, obviamente puedes hacerlo terriblemente mal, tartamudeando a lo George Bush o poniendo voces como tu cuñado en la cena de nochebuena, pero quedaría muy raro que más adelante le dieran algún papel, y desde la absurda canción inicial en la autopista se ve que va a terminar por ser una actriz famosa, así que solucionan este problema haciendo que la gente interrumpa sus interpretaciones durante las audiciones. No es mala elección. 

Aparecen en escena sus compañeras de piso, junto a las que forma el grupo Parchís de la Costa Oeste. La convencen para ir a una fiesta y no se las vuelve a ver más. Mentira, en otra escena, dos segundos. Se ve que eran grandes amigas.

Ryan Gosling, que no debió salir jamás de "El joven Hércules", es un pobre loco por el jazz, pero loco de salir desnudo en mitad de una noche de tormenta a tocar el saxofón en el tejado de tu casa. Lo de pobre es porque no tiene un céntimo. La hermana va a visitarle para decirle que siente la cabeza, y lo dice ella, ¡que se ha casado con un negro! Vale, este chiste es muy racista pero como Trump ya es presidente, lo dejo. A ver si de paso viene la gente en tromba a atacarme y me lee alguien, aunque sea para amenazarme de muerte. La hermana solo saldrá un par de segundos más en otra escena. Curiosamente, en esta película solo hay dos personajes, los protagonistas, el resto son comparsas que van de aquí para allá y son más prescindibles que el entrenador del Valencia.

El dueño del restaurante donde toca Ryan, el calvo cabrón de Whiplash, valga la redundancia, le despide porque toca una canción de Jazz de entre todo el repertorio navideño por el que le ha pagado. ¿Pero quién se cree eso? Es un restaurante normal, no un parque temático dedicado a la Navidad donde Santa Claus en persona te cocina un reno asado que te es servido por unos enanitos que son explotados laboralmente a 2 dólares la hora, más propina.

Emma, que se ha marchado caminando de una fiesta a la que ha ido a zorrear e intentar escalar en el mundo del espectáculo pese a que fue en coche, pasa por delante del restaurante y escucha la melodía del jovencito Hércules. Entra, se queda prendada de él, y este pasa de su culo. Igual no se atreve a mirarla a la cara por si le salta un ojo con sus globos oculares.

Queda clara ya la premisa de la película: Emma Stone es una actriz fracasada, Ryan Gosling es un pianista fracasado, ni siquiera el calvo de Whiplash triunfa. Es una historia de perdedores en la que terminarán ganando por separado o perdiendo juntos.

A todo esto, el director, ante su incapacidad para hacer un buen uso de la elipsis, enclaustra la historia dentro de las cuatro estaciones del año, ¿tiene algún significado? No lo sé, más allá de que consigue hacer que el verano en L.A. te de ganas de suicidarte. Han pasado 24 minutos de película y solo ha habido dos canciones. Es el musical con menos canciones que he visto nunca. Música instrumental sí que tiene, porque Hércules toca el piano un buen rato, que es como pagar por ver el concierto de Año Nuevo cuando te lo ponen gratis por la tele. Por suerte, no pagué entrada para ver esta película.

Otra fiesta más, en esta ocasión Emma va a zorrear sola no vaya a ser que sus más atractivas amigas le quiten un papel. Suena Take on me, de A-ha. Pensaba que eran demasiado europeos para los States, pero se ve que no. Aunque, quién sabe, quizá los americanos han flipado en colores al oírla, como esos despreciables mocosos de "Kids react to" al escuchar música de los 80. Otra que suena es "I ran" de A flock of Seagulls, un temazo que seguro que conocéis, tiruriruri. Los responsables de estas canciones son un grupo en el que Gosling, vestido de mamarracho, toca un Casio.

Cae la noche y termina la fiesta (estos americanos no saben divertirse, aquí no terminan hasta el amanecer y los consabidos churros con chocolate) Gosling y Emma van a buscar el coche de esta y montan un patético número de baile que intenta recordar a Fred Astaire y Ginger Rodgers aunque se quedan en la Charo y el Antonio en la boda de tu tía la mayor.

Después no recuerdo lo que pasaba porque mientras, estaba haciendo cosas más provechosas como ordenar mi colección de fotos porno. 

Han pasado 42 minutos de película y solo ha habido dos canciones y media.

Emma Stone decide salir con Hércules porque... sonrisa, y se olvida del novio en ciernes al que no tardará en dar la patada. Ahí está, ni diez minutos ha tardado. En lugar de cenar con él y su aburrido hermano, se va con el otro al cine a ver Rebelde sin causa, la parte con más calidad de todo La la land es el segundo y medio que la cámara se centra en ella.

En toda pelicula que habla de Hollywood aparece siempre gente disfrazada de romano de camino a un rodaje, ¡¡¡pero hace siglos que no se estrena una película de romanos!!! ¿Qué locura es esta? ¿Dónde va esa gente? ¿Son actores o simplemente están locos? Son las cuestiones más importantes que me ha planteado la historia hasta ahora.

Comienza la vida en pareja. En una conversación telefónica con su madre, Emma Stone hace ver a Gosling que es un muerto de hambre. Que es otra cosa que me he preguntado, ¿son conscientes las madres que se interesan por el capital de sus posibles yernos, que preocupándose de tales cuitas económicas y aconsejando que se busquen a alguien con dinero, rebajan a sus hijas al papel de prostitutas? Ahí lo dejo.

Toda historia necesita de un conflicto que sea el motor de la misma, aquí es muy artificial. Para dar gusto a la madre de Emma y que esta no le deje por pobretón, Gosling acepta formar parte de una banda, que le tendrá de gira durante mucho tiempo. Y Emma se lo echa en cara porque no podrá cumplir su sueño de abrir un club de jazz. Pero mujer, ¿es que no sabes lo que cuesta algo así? Que vaya durante un tiempo y cuando ahorre que lo abra. Tras una discusión, solo superada en violencia por el Dalai Lama debatiando con Gandhi quien tiene que ceder el paso para entrar en un restaurante de tacos, terminan por romper. Ahí se acaba la "relación".

En Sudamérica la película la han subtitulado "Una historia de amor" ¿Pero qué amor? Esta gente se ha hartado a follar y cuando se han cansado, a otra cosa.

Para que esta reseña no se haga tan interminable como se me hizo la película, comentar que Emma consigue finalmente una audición y la escogen para el papel.

Pasan cinco años.

Así te lo digo. Y quedan 20 minutos de metraje todavía. ¿Con qué van a rellenar? ¡Si la relación se acabó! Queda poco tiempo para retomarlo de nuevo. Vale, la chica vuelve a Los Ángeles convertida ya en una actriz famosa. Se ha echado un novio que la sigue a todas partes que complete su proyecto vital, niña incluida y decide salir con él a tomar algo. ¡Qué sorpresa! Va a parar al club de jazz que finalmente abrió Hércules. Durante un segundo sus miradas se cruzan y... ¡el puto sueño de Resines! Varios minutos de "Qué hubiera pasado si Gosling no hubiera formado parte del grupo". W...T...F...? ¿Qué importancia tiene eso en la trama? Nos ha jodido, si no hubiera pillado a mi ex con un italiano también podríamos haber tenido críos, estaríamos viviendo en Yugoslavia y mi coche sería un Halcón Milenario, ¿qué me quieres decir con eso? Yo te lo diré: Paja.

A un musical, aunque haya convenido en que esto no lo es, le pido varias cosas: una buena música, una buena coreografía, una puesta en escena impactante y una historia interesante. No es necesario que tenga todas estas características, pero es que La la land no tiene ninguna. Intenta emular en su estética a los Gloriosos 30, el periodo de mayor esplendor económico de los Estados Unidos, pero el mundo ya no es así, no es colorido y luminoso, es oscuro, opresivo, está repleto de odio. Si la hubieran ambientado en aquella época, como yo pensaba al ver el tráiler, puede que hubiera sido más creíble. Comentan también que es un homenaje al cine de antes, pero Ave César me pareció infinitamente más acertada en este aspecto, con un número musical protagonizado por Channing Tatum, poco sospechoso de mostrar sensibilidad artística en sus interpretaciones, que está mejor ejecutado que cualquiera de los que podemos ver aquí.

La la land es un quiero y no puedo constante, producto de una civilización moribunda que mira al pasado en busca de un futuro que no tiene. Si esto es lo máximo que puede ofrecer Hollywood, que empiecen a preparar su entierro.
Comparte este artículo :

Publicar un comentario

 
Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. La cultura.. ¡Qué locura! - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Published by Mas Template
Proudly powered by Blogger